Volver al campo, una opcion contra la crisis

Otra de las opciones vitales y laborales que se contemplan en estos años de crisis económica es la de acudir a un entorno rural. Para algunos, es una especie de huida para reencontrarse con uno mismo creando un nuevo proyecto vital. Vivir en un pueblo puede resultar mucho más barato, mucho menos estresante.

Son muchas las pequeñas poblaciones que han perdido habitantes en las últimas décadas y que esperan vivir una segunda juventud con emigrantes procedentes de las ciudades.

Pero no todo es tan sencillo. Algunas organizaciones especializadas en la asesoría en entornos rurales alertan de que las opciones laborales no son muy amplias. Vivir del campo suena bien, pero a la hora de la verdad son necesarias grandes aptitudes y mucha actitud. Otra opción es trasladar el proyecto laboral al entorno rural para ahorrar costes en alquiler o compra de vivienda.

Las nuevas tecnologías permiten desarrollar un buen número de trabajos sin estar en contacto directo con los clientes. Esta clase de proyectos son los que más papeletas tienen para fructificar. Acudir al campo sin tener una idea muy clara de lo que se va hacer, cayendo en un exceso de idealismo, puede desembocar en una situación similar a la vivida en la ciudad. Además, las oportunidades laborales en los entornos rurales son menores y la capacidad para adaptarse a la nueva vida puede traer más dificultades.

Otra de las alternativas laborales en los pueblos es la del turismo rural. Alquilar una casa o varias, reformarlas y ofrecerlas a los crecientes viajeros que disfrutan de este tipo de parajes. En los últimos años, las ofertas de casas rurales han crecido y, en algunos casos, son proyectos de éxito. Pero como sucede siempre que la oferta aumenta y se mantiene la demanda, no hay garantía de rentabilidad.

Así las cosas, volverse al campo como recurso ante la crisis es una opción para la que hay que estar preparado.

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