Los investigadores españoles hacen las maletas
Cuando el único objetivo es sobrevivir, todo lo demás pasa a un segundo plano. Vivir el día a día no deja tiempo para pensar en el futuro a medio y largo plazo. Algo así parece que está sucediendo en España, país en el que los recortes en casi todos los ámbitos está reduciendo las perspectivas de futuro de numerosos colectivos. Uno de ellos es el de los investigadores, que, a falta de ayudas y garantías, deciden buscar trabajo en el extranjero donde encuentran una mayor seguridad laboral y mejores perspectivas de trabajo.
Muchos analistas y expertos coinciden en que países como España, cuya economía giró en torno a la construcción y el turismo, debe apuntalar el sector del I+D, si pretende superar esta crisis y asegurar una modernización del sector laboral. Un sector de I+D consolidado atrae a empresas tecnológicas que son las encargadas de consolidar un progreso económico y social a medio plazo.
Tan solo hay que echar un vistazo a otras economías desarrolladas para comprobar cómo las instituciones públicas cuidan este sector con el fin de construir una economía más preparada para soportar las dificultades. Estados Unidos o Corea del Sur son ejemplos de países con una gran cultura de investigación y desarrollo. Además, economías emergentes como las del sudeste asiático o Brasil, invierten mucho dinero para apuntalar ese sector, aprovechando la bonanza económica en la que viven.
En España no parece que haya dinero para nada. El sector del I+D denuncia que los profesionales más jóvenes y mejor preparados están haciendo las maletas y, tras iniciar su formación en España, se van a otros países. En ellos encuentran más apoyo, un sector más arraigado y unas mejores perspectivas de futuro. La consecuencia es la denominada fuga de cerebros de la que tanto tiempo se lleva hablando.
Dentro de dos o tres décadas un gran número de investigadores españoles tendrán sus carreras asentadas en otros estados, y serán esas sociedades las que se beneficien de su trabajo.